jueves, 17 de septiembre de 2009

lunes, 7 de septiembre de 2009

EL PROYECTO TECNOLÓGICO EN EL AULA TALLER

AULA TALLER

Hay dos conceptos clave, el espacio y el tiempo, presentes también en el campo de a educación tecnológica. El espacio como ámbito para desarrollar las actividades, y el tiempo como secuencia de actividades.
En lo referente al tiempo, la educación tecnológica tiende a marginar el mito de los contenidos, y el tema de la distribución horaria para transmitir estos contenidos, pues como hemos dicho, pone más el acento en la capacidad para resolver problemas, que en una secuencia de contenidos concretos o temas específicos. Plantea otra concepción en el uso del tiempo, el ritmo de avance lo fija el tema a tratar, su importancia en función del interés de los alumnos y de cómo está insertado en la problemática regional, etc., y no los contenidos que habría que desarrollar. En una entrevista Fernando Hernández15 dice:
Existen muchos mitos en la educación escolar. Uno de los mitos es el de los contenidos.
En los nuevos diseños curriculares, el gran freno para la innovación del docente es ‘tengo que dar los contenidos’ y en el fondo termina siendo ‘tengo que dar el libro de texto’. Esto es una trampa: dar los contenidos no quiere decir aprender los contenidos, y dar los contenidos no quiere decir preguntarse por qué este contenido y no este otro. Si trabajamos con saberes conectados con la realidad, tenemos que garantizar que los alumnos se apropien de los lenguajes necesarios para enfrentarse con estos saberes.
En cuanto al espacio, la educación tecnológica se maneja con el aula-taller, espacio físico y espacio social. Espacio físico, porque es el lugar concreto en el que se realizan las actividades, pero también espacio social, porque es un ámbito de interrelación social, apto para trabajar en grupo (interacción grupal), donde se aprende a compartir el lugar con los demás y además donde muchas cosas las aprenden los niños de sus propios compañeros.
El aula-taller debe concebirse como un espacio de trabajo, con sillas y mesas móviles, un taller en el que resulte agradable estar y hacer cosas, un espacio que permita la participación activa de todos, donde cada uno construya su conocimiento en interacción con los demás. Un ámbito en el que interactúan acción y reflexión.
El aula-taller permite el trabajo en grupo (normalmente, cuatro niños) y brinda espacio para la creatividad y para el desarrollo de destrezas. Ofrece la posibilidad de experimentar y trabajar con diversos materiales y de tomar conciencia de sus posibilidades y campos de aplicación. El aula-taller invita al descubrimiento, a la experimentación.
Teniendo en cuenta que el espacio escolar es parte integrante de la acción didáctica, debe ser un elemento motivador en el proceso de enseñanza aprendizaje, el medio físico puede y debe generar estímulos. La organización del espacio colabora en la formación de actitudes y hábitos de orden y cuidado del material. El espacio informa y forma.
Hemos planteado el aula-taller como espacio concreto para desarrollar actividades en el ámbito escolar, pero también el mundo que rodea al niño (la casa, la ciudad, la escuela, etc.), es una gran aula (el aula-mundo), el aula en la que el niño ha comenzado su aprendizaje, y que la escuela debe también utilizar como ámbito educativo.
Para esto la escuela debe salir de sus muros y pasear a los niños por el mundo extraescolar, en nuestro caso, el de las fábricas, el de las panaderías, el del almacenero de la esquina (si todavía subsiste), el de los supermercados, etc., e inducirlos a que tomen conciencia de que la tecnología no es solamente máquinas o mecanismos, sino que está vinculada a todo lo material e inmaterial concebido y construido por el hombre, la tecnología está omnipresente, los edificios, las máquinas, los productos comerciales, las estructuras para presentarlo o para conservarlos, los envases, las etiquetas de los mismos, son productos tecnológicos. La concepción, la producción, la organización, la comercialización, el marketing, etc., todo es tecnología. Una fábrica, una panadería, un supermercado, son en sí hechos tecnológicos, no es necesario ir a la máquina o al dispositivo mecánico para hablar de tecnología.
Evidentemente, en esta gran aula sin muros, «el aula-mundo», el análisis debe ser global (lo natural, lo social y lo tecnológico), pero buscando, como hemos dicho, que el niño vaya tomando conciencia de que gran parte del ambiente en el cual se desenvuelve está hecho por el hombre.